Xochimilco es uno de los sitios de recreo favoritos de los mexicanos. Navegando en una trajinera por sus canales disfrutamos de un peculiar paisaje en el que abundan los ahuejotes, árboles que crecen en las riveras de los ríos, y una rica variedad de flores que incluyen la famosa cempaxúchitl, en tanto que escuchamos las melódicas notas de una marimba o la festiva música del mariachi.
Imagen: Canales de Xochimilco.
Familias y grupos de amigos celebran bebiendo tequila o cerveza y disfrutando de unas enchiladas de mole, un suculento elote o quesadillas de flor de calabaza y huitlacoche.
Pero además de ofrecernos un ambiente festivo para el paseo de fin de semana, los canales de Xochimilco nos brindan la posibilidad de adentrarnos en el pasado de nuestra ciudad y conocer cómo los antiguos habitantes del valle de México hicieron crecer sus tierras para habitación y cultivo, a partir de construir islas artificiales sobre las superficie de sus lagos, a las que llamaron chinampas.
Las chinampas eran construidas colocando cañas y varas sobre la superficie del lago, sobre las que se depositaba tierra vegetal con materiales biodegradables como pasto, hojarasca, cáscaras de diferentes frutas y vegetales. A los lados de la chinampa se sembraban sauces o ahuejotes, para que sus raíces
crecieran desde el agua hasta tierra firme, con lo que se lograba fijar de manera definitiva esta porción de terreno ganado al lago.
Imagen: Representación de las chinampas Mexicas. Museo Nacional de Antropología
Fueron los aztecas quienes desarrollaron con gran éxito esta técnica, lo que les permitió hacer crecer notablemente las dimensiones del islote de Tenochtitlan, además de hacer posible la creación de importantes extensiones de tierra cultivable en diversas poblaciones como Azcapotzalco, Iztacalco, Iztapalapa y, claro está, sobre el lago e Xochimilco. Pero lo más notable de esta técnica, es el hecho de que en las chinampas se obtenían hasta cinco cosechas anuales de maíz y de otros vegetales como frijol, chile y calabaza.
Después de la conquista española, los lagos que ocupaban buena parte del valle de México comenzaron a ser desecados y el crecimiento urbano borró para siempre el Lago de Texcoco y las chinampas de la Ciudad de México. No obstante, la zona Chinampera de Xochimilco logró preservarse, en virtud de la fortaleza de la tradición cultural de sus habitantes y del interés que despertó la zona
chinampera para el turismo nacional e internacional. Imagen: Chinampas de Xochimilco en la actualidad.
Patrimonio de la Humanidad
En diciembre de 1987, esta peculiar área natural y población del sur de la Ciudad de México recibió una distinción que cambió para siempre la imagen que tenemos de ella en México y en el mundo entero, al ser designada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), como Patrimonio de la Humanidad, por constituir un ejemplo eminente de formas tradicionales de asentamiento humano y de utilización tradicional de las tierras o del mar y por su función vital en la preservación del medio ambiente en el Valle de México.
Imagen: Sede internacional de UNESCO
Hoy en día los habitantes de esta zona, tan rica en tradiciones agrícolas, religiosas y culturales, se han propuesta preservar las chinampas con su portentosa producción agrícola y el conjunto de tradiciones que integran su cultura. Para lograrlo, cuentan con la colaboración de instituciones tan importantes como la Universidad Autónoma Metropolitana y la UNESCO, y el propio Gobierno de la Ciudad de México.
Imagen: Vendedora de flores en Xochimilco
Es importante destacar que, al visitar los canales y la zona chinampera de Xochimilco, haciendo uso de los servicios turísticos y consumiendo los productos agrícolas y artesanales, colaboramos con el mantenimiento de este original espacio natural y cultural de nuestra nación y de la humanidad entera.
Les recomendamos leer:
Chinampas prehispánicas. Carlos Javier González. México, Instituto Nacional de Antropología e Historia. 1992.
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