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¿Cómo fue la Independencia de México?



Septiembre es el mes más importante para los ciudadanos de México. Testimonio de ello son la infinidad de banderas que ondean afuera de casas, comercios, oficinas gubernamentales y sobre autos y autobuses. Lo atestiguan también las infaltables celebraciones que se llevan a cabo en plazas públicas, restaurantes, salones y casas particulares en la noche del “Grito”. En septiembre celebramos la Independencia, es decir, el nacimiento de nuestra nación. A continuación, presentamos algunos datos que nos ayudan a comprender como es que México logró su independencia después de 300 años de dominio colonial español.


A partir de la conquista de Tenochtitlan, que culminó el 13 de agosto de 1521, fueron cayendo en manos de los españoles los principales centros de población indígenas de América, hasta conformarse los virreinatos de Nueva España (actual México, Nueva Granada (Panamá, Colombia y Ecuador), del Perú (el actual Perú, parte de Bolivia, Ecuador, Colombia, Chile y Brasil), y del Río de la Plata (Argentina, Paraguay, Uruguay y parte de Bolivia).

Imagen: Escudo del Virreinato de la Nueva España


Además, los monarcas españoles crearon las Capitanías Generales de Guatemala (que abarcaba desde el estado de Chiapas hasta Costa Rica), de Venezuela (Venezuela, Guyana, Trinidad y parte de Colombia) y de Chile, así como los territorios insulares, tales como Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, y Bahamas.


Entre los siglos XVI y XVIII, el Imperio Español estableció su dominio sobre todas estas colonias, imponiendo a sus habitantes su religión, su lengua y su cultura. No obstante, la historia cambió en el año de 1808, cuando España fue invadida por los ejércitos del emperador de Francia Napoleón Bonaparte, quien derrocó al monarca español Fernando VII y designó a su hermano, José Bonaparte, como nuevo monarca de España.


Al conocerse la noticia en la Nueva España y en el resto de las colonias americanas, los criollos de estas colonias (es decir, blancos nacidos en América) consideraron indigno aceptar la autoridad de un rey francés, por lo que emprendieron, casi simultáneamente la lucha en contra de las autoridades que representaban al monarca español.

Imagen: Napoleón Bonaparte


En la Nueva España, el Ayuntamiento de la Ciudad de México, representado por Francisco Primo de Verdad, propuso al Virrey establecer una junta que gobernara a esta Colonia hasta en tanto fuera restituido en el trono de España el legítimo rey Fernando VII. El virrey aceptó la integración de esta junta, con lo que se evitaría el estallamiento de un conflicto mayor con los criollos. Pero un grupo de españoles se rebelaron y tomaron preso al virrey, a Primo de Verdad y a los promotores de esta Junta.


Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo pacífico sobre la situación, en el poblado de San Miguel el Grande, en la Intendencia de Guanajuato, el Capitán de Dragones de la Reina Ignacio Allende se reunía con un grupo de jóvenes militares y parroquianos, para planear una insurrección en contra de las autoridades virreinales. Allende promovió la formación de diversas juntas en Celaya, Ciudad de México y Querétaro. En esta última entidad se reunían don Miguel Domínguez, Corregidor de Querétaro y su esposa Josefa Ortiz, además de los capitanes Abasolo y Jiménez, entre otros. En septiembre los miembros de este grupo, que se hacía llamar Academia Literaria de Querétaro, invitaron al cura Miguel Hidalgo y Costilla a integrarse a la conspiración.

Imagen: Vista aérea de Dolores, Hidalgo


Antes de que los conspiradores lograran reunir una fuerza militar para emprender su rebelión, fueron descubiertos por las autoridades, que se dispusieron a apresarlos Para evitar ser capturado, Ignacio Allende huyó al pueblo Dolores, acudiendo de inmediato a la casa del cura Hidalgo. En la madrugada del 16 de septiembre, y en vista de la desesperada situación en que se encontraban, el cura Hidalgo tomó la histórica decisión que marcó el futuro de la nación mexicana, cuando en un arranque de furia inesperado dijo al Capitán Allende:


“¡Todo está perdido! ¡Aquí no hay más remedio que ir a coger gachupines!


Acto seguido, Hidalgo se dirigió, junto con un grupo de parroquianos, a la Tesorería de Dolores a apoderarse de los caudales del pueblo y posteriormente a la cárcel para liberar a los presos. Por último arribó a la parroquia de Dolores y a eso de las 5 de la mañana hizo sonar las campanas de su parroquia. Acudieron al llamado cerca de 600 hombres, la mayor parte de

ellos campesinos y artesanos.

Imagen: Miguel Hidalgo en el Grito de Dolores


De acuerdo con los historiadores más reconocidos, Hidalgo llamó a los habitantes de su parroquia a luchar en contra de las autoridades virreinales, “quienes habían entregado el reino a los franceses” y a luchar por el legítimo rey Fernando VII que había sido derrocado por Francia. De acuerdo con los historiadores de este tema, es probable que Hidalgo haya convocado a la lucha a los parroquianos de Dolores con las siguientes palabras:


¡Viva Fernando VII!


¡Muera el mal gobierno!


¡Viva la libertad!


Hidalgo y sus seguidores emprendieron entonces la marcha que los llevó a enfrentarse en contra de los ejércitos virreinales y a derrotarlos en batallas tan importantes como la de Guanajuato o la del Monte de las Cruces. Sin embargo, tan sólo 4 meses después, el ejército que comandaba el cura Hidalgo fue derrotado y los principales dirigentes –Allende, Aldama y Jiménez- fueron apresados y fusilados, con lo que culminaba la primera etapa de la lucha de Independencia.

Imagen: Monumento al Padre Miguel Hidalgo. Dolores, Hidalgo.


Te recomendamos leer:


Carlos Herrejón Perde, Hidalgo. Maestro, párroco, insurgente.


México. Editorial Clío-Fomento Cultural Banamex, 2011.







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